El arte de la fotografía es globalmente apreciado por su capacidad descriptiva, mayor que ningún otro medio. La fotografía en movimiento es el cine.
Michiel van Raaij en su blog, Eiknographia expresa lo siguiente:
There are architecture photographers that refuse to photograph anything from November up to February. In their view the long shadows and dimmed light intensity of the winter season compromises their work. The effect is that – in the architecture media – not only the sun always shines, but that it is also never winter.
El punto que resalta aquí es la fotografía como expresión del edificio. Si bien, la habilidad descriptiva provista por la foto se mantiene tanto en verano como en invierno, el juego de luces es más interesante en verano. La fotografía se convierte no en un medio descriptivo, sino en expresión visual del edificio. Es decir, la arquitectura es reducida a una imagen, cuyo valor estético depende, en mayor parte, del atractivo de la foto. Hay una razón por la cual las revistas de arquitectura utilizan fotógrafos profesionales y no fotos turísticas.
La mala fotografía deshace al edificio. En invierno, rara vez se captura el intrigante juego entre humedad y sol. También recordemos que el invierno se vive diferente en diferentes partes del mundo. La nieve, la lluvia, el granizo… En verano, las sombras parecen embellecer a los edificios.
¿Pero significa esto que la arquitectura es, después de todo, una mera representación visual?
Si así lo fuera, cualquier fotografía sería adecuada para expresarla. Pero el hecho de que se necesiten buenas composiciones nos habla de una complejidad mayor. La arquitectura es integral, tanto el color como el olor, el silencio, todos los sentidos son necesarios para vivirla. Una fotografía sólo captura un sentido, para expresar una sensación parecida a la que se vive cuando se conoce la arquitectura, es necesario exagerar la composición, una mera descripción no basta. Por eso una fotografía cuya composición haya sido manipulada es más fiel al nivel de experiencia con la que se vive la arquitectura. Claro, una fotografía no puede sustituir a conocer el edificio de primera mano.
En la siguiente fotografía, la póstuma obra de Le Corbusier luce magnífica en invierno.