Habiendo compartido con ustedes por qué películas en este punto bien conocidas como Parasite o Ford vs Ferrari, pero también otras que pasaron muy desapercibidas como Doctor Sleep y Midsommar, merecen la categoría de “imperdibles”, solo resta mencionar cinco más para completar nuestra lista de 15.
Además me desvié unos momentos para mencionar otras seis que pudieron haber entrado en el top 15, pero no lo están a pesar de ser incluso de las más nominadas. También he aclarado que no estoy contando el cine de superhéroes, aunque algunas de las producciones, como Joker y Avengers: Endgame podrían rivalizar con cualquiera de esta lista.
Ahora, es seguro que en esta lista que completaremos en esta entrada no aparezcan filmes que para ti fueron muy buenas y tampoco debería perdérselas cualquier cinéfilo. Esto se debe a que esta lista es una opinión totalmente personal, valorando aspectos de producción pero también su relevancia temática y la resonancia que tuvieron en mí, por lo que algunas películas como Dolemite is My name, The Rocketman y Knives Out (que me gustaron) y Once Upon a Time in Hollywod (que no me gustó) no fueron incluidas.
También pienso que películas que no alcancé a ver pudieron haber entrado en esta lista, pero por lo pronto no queda más que estar atento. Ejemplos de este caso son Portrait of a Lady on Fire y Uncut Gems.
Sin más, aquí van las últimas cinco, para completar mi lista recomendando 15 películas de 2019 que son simplemente imperdibles:
11. The Perfection (Richard Shepard)
Comienzo con una película, del género de horror, que en realidad fue proyectada por primera vez en septiembre de 2018, pero ahora anotada como película de 2019 a partir de que Netflix adquirió sus derechos de distribución. Protagonizada por Allison Williams y Logan Browning, esta historia que parte de una premisa a la Whiplash, donde un par de chelistas perfeccionistas comienzan una competitiva amistad durante un evento artístico en China, presenta giro tras giro, tan sorpresivos y tan a menudo, que sólo hasta los últimos minutos tienes una visión completa de la obra y cada intervalo es tan atrapante que la historia pudo haber tenido diferentes finales si alguno de esos intervalos fuera la clave de la narrativa, pero a decir verdad el curso escogido (seguramente planeado desde el inicio) es el más adecuado y satisfactorio.
Con esta película que lleva al extremo la fantasía del revanchismo (cuando la veas, creo notarás de qué, principalmente si eres mujer) hay que tener cuidado si el estómago es frágil, si crees que Once upon a time in Hollywood tuvo un buen final, o si te está afectando mucho a los nervios la epidemia por coronavirus (en la realidad, o por hipocondría).
12. The Boy Who Harnessed the Wind (Chiwetel Ejiofor)
Increíble que la obra debut de Chiwetel Ejiofor como director no haya tenido tanta repercusión aún con su masiva distribución por Netflix. En ella, un joven William Simba interpreta magistralmente a William Kamkwamba, un héroe de la vida real que a inicios de los 2000’s construyó un molino de viento con materiales locales y mucha entrega al estudio, para salvar a su comunidad de la sequía en una villa extremadamente pobre de Malawi, en el sudeste africano.
La premisa lo cuenta todo y no hace falta abundar, pero considero que si bien The Boy Who Harnessed the Wind es una película de por sí con una calidad suficiente para competir, se cuece totalmente aparte por su optimista mensaje acompañando el crudo retrato de la marginación urbana y rural, que también se puede sentir como una sacudida para reaccionar ante los millones de personas que hoy día viven aún en pobreza extrema y alimentaria, desestimando cualquier pretexto de índole geográfico, tecnológico, político que aquellos que vivimos en una realidad considerablemente más privilegiada deseemos atribuirnos para estar cómodos en la inacción.
13. 1917 (Sam Mendes)
Lo digo y lo sostengo: 1917 es una buena película, aunque no creo que sea la mejor de 2019. Me son extrañas las notas y opiniones que la comparan con las otras grandes competidoras al Óscar a Mejor Película, o cuando la comienzan a analizar comparativamente con otras joyas del cine bélico utilizando un marco de referencia histórico purista. Creo que la historia del realineamiento de las fuerzas alemanas y la vida atrincherada de las fuerzas británicas durante la Primera Guerra Mundial es tan sólo la excusa, y que los logros cinematográficos (que en realidad no son un one-shot genuino) son tan sólo el móvil, el medio de transporte para contar la historia, pero el corazón de esta película está en otro aspecto más primordial de lo humano: el peligro del terreno desconocido.
Así como en Parasite una buena parte del suspenso emana de las sorpresas que esconde el espacio arquitectónico, considero que en 1917 el peligro, la confusión, el miedo y el dolor son aspectos acentuados por el terreno no conquistado. En dos horas, vemos recorrer a los protagonistas aparentes largas distancias, con peligro apenas a cada tantos cien metros. La trinchera, las minas explosivas, las fosas y ríos con cadáveres, las villas rústicas, un avión en llamas, los pueblos destruidos, torres para uso de francotiradores y sobre todas las cosas, barreras artificiales y territorios extraños, son la verdadera fuerza motora que me hizo sentir alejado del concepto de hogar seguro y de protección, algo comparable a la sensación que provoca de tanto en tanto The Revenant. Como cereza del pastel, me mata que el personaje de Benedict Cumberbatch al final, con una simple línea de diálogo, nos sitúa de nuevo en lo trivial que resulta cualquier pequeña misión, cuando otros poderes gobiernan las vidas que se usan como piezas en el juego bélico, desde siempre. Independientemente si coincide con eventos mundiales actuales o no, la apreciación por esta obra se sostiene sobre piedra sólida.
14. Little Women (Greta Gerwig)
Algunos discursos insisten en reconocer a Little Women como buena película porque “es de mujeres”, pero a mi parecer estos discursos son flojos para comentar las mejores cualidades de esta película de Greta Gerwig. Me adscribo a la noción de inicio porque, en efecto y siguiendo la tradición que ahora suma siete adaptaciones al cine de la obra literaria de Louise May Alcott, noto que es una película especialmente significativa para las mujeres y para el futuro creativo de este género en la industria, pero también creo genuinamente que todo en esta película fue perfecto.
Puede que tenga que ver que es la primera vez que me adentro en esta historia (no he leído el libro y no hacía en el mundo las películas anteriores), pero aun con ese factor pienso que hay una serie de cualidades que equipan esta entrega con todas las armas para ganar el Óscar a la Mejor Película a la cual está nominada. Las actuaciones (especialmente Saoirse Ronan, Florence Pugh y Laura Dern), la química entre los personajes es perfecta, la transición desde adolescente hasta adulta de cada una de las chicas es totalmente natural y cada personaje no femenino es introducido en la dosis adecuada para no echar a perder el a todas luces protagonismo de una familia con diferentes gradaciones de aspiración personal, algo de lo que frecuentemente el mismo guion se burla y auto-refiere en un tono atemporal que igual puede ser el del Siglo XIX o el de mañana en la tarde.
Además de estos aspectos, me he encontrado también con la apreciación de que esta joya rompe la estructura típica de la inmortal obra, fundiendo lo ficticio con lo anecdótico y escapando la encapsulada realidad que se está contando para hacer guiños intrigantes a la vida misma de la autora, la directora y guionista, las actrices, las productoras, las lectoras… en fin, las espectadoras.
15. Jojo Rabbit (Taika Waititi)
Concluimos esta lista que no tiene ningún orden preferencial con Jojo Rabbit, del imparable director neerlandés de What we do in the shadows y Thor: Ragnarok, Taika Waititi. ¿Por dónde comenzar? Quizás por el hecho de que algunos críticos y hasta Scarlett Johansson (quien interpreta a la mamá de Jojo) al inicio, aún no digieren la disruptiva premisa: un niño alemán iniciándose en las juventudes Nazi (con una interpretación de Roman Griffin Davis que deja impactado a cualquiera) tiene como amigo imaginario una versión caricaturesca de Hitler (Taika Waititi) y tiene que ir revalorando sus propios sesgos y perspectivas, cuando descubre que su madre oculta a una niña judía en el sótano, además de presenciar y formarse una actitud ante los horrores urbanos de los últimos meses antes de la caída de Berlín en 1945.
Entre las cosas que hacen imperdible a esta película está el hecho de que, más que la sátira boba, hace una deconstrucción de las categorías de buenos y malos que acostumbra el cine bélico en Hollywood, de la ilusión de seguridad e inmunidad de la niñez tanto de daño físico como moral y formativo, de la reverencia en automático a todo aquél personaje que no es Nazi, de la supuesta y supernatural astucia villana de los mismos alemanes Nazi – por ejemplo al personaje de Sam Rockwell claramente le va y viene mucho de lo que está pasando – y la noción perezosa de que la maldad sólo está en los actos y no en los símbolos, o de que es inescapable no importa las condiciones contextuales o la voluntad de uno si se da la oportunidad de cuestionar, escuchar y sentir empatía. En la sala de cine, hay quienes se ríen y quienes no. Yo casi no me reí, pero no era necesario. La historia del pequeño Johannes Betzler tiene su efecto por la compleja heterogeneidad de los ingredientes que despiertan más de una emoción a la vez.
En fin, aunque no hay un orden preferencial en la lista de quince, creo por el balance que logra en su absoluto desdén por una política cliché tanto de tocar fibras sensibles perpetuando estereotipos, pero también de no tocarlas para nada para jugar en terreno seguro, Jojo Rabbit sí es una de las tres definitivamente imperdibles de 2019, pues logra satisfactoriamente salir avante con un poderoso mensaje contra el odio y la alienación ideológica incluso desde la inocencia. We can be heroes.